Más de 30 niños, niñas y adolescentes que permanecen en las residencias proteccionales de los organismos colaboradores acreditados del Servicio Nacional de Menores, (Sename) tuvieron la oportunidad de visitar y conocer el Museo Corbeta Esmeralda, representación a escala real de la unidad de la Armada que coronó con gloria a Chile en la Guerra del Pacífico.
Gracias a una gestión de la secretaría regional ministerial de Justicia y Derechos Humanos de la región de Tarapacá, los niños pudieron conocer la gesta heroica del 21 de mayo de 1879, y el cual es uno de los atractivos turísticos más visitados en la ciudad de Iquique.
La directora regional del Sename, María Teresa Osorio explicó que en el sistema residencial no sólo se preocupan de que estén restituidos los derechos de las niñas y niños, sino que también existe preocupación en otro ámbito, el cual está ligado a la identidad. “Identidad acerca de su propia historia de vida y también identidad respecto a dónde estamos. Tenemos varios niños y niñas que son extranjeros y para ellos también es importante conocer la historia y para los chilenos también reconocer sus raíces porque eso también contribuye a los procesos reparatorios en los cuales nosotros estamos involucrados.”, indicó.
Por su parte el secretario regional ministerial de Justicia y Derechos Humanos, Fernando Canales agradeció la invitación que le hiciera el director del Museo Corbeta Esmeralda, Miguel Riquelme para que los niños y niñas pudieran acceder a este espacio cultural.
“Fue una iniciativa que formamos al interior de nuestra seremía, para que precisamente en el mes del mar los niños y niñas que están en las residencias proteccionales pudiesen conocer un poco la historia de nuestro país y contribuir así a su formación, su educación y su cultura. Además, de poder visitar este gran museo que tenemos en Iquique, réplica exacta de la corbeta Esmeralda”, explicó Canales.
Los niños, niñas y adolescentes que visitaron el museo corresponden a la residencia femenina Coditfam, residencia masculina Teniente Hernán Merino Correa y la residencia de lactantes Nido Amigó.