Tejedoras de Camiña y Pozo Almonte mostraron su arte tarapaqueno en Santiago
Con la participación de dos avezadas tejedoras tarapaqueñas, contará la Feria de Artesanía Tradicional que se realizó en el Parque Arauco en los primeros días del presente mes. Dominga Mamani Choque, de Pozo Almonte y Cecilia Challapa Castro, de Camiña, fueron nuestras representantes en esta vitrina al mundo de la artesanía nacional, iniciativa a la que llegaron con el apoyo del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) Tarapacá.
Un total de 22 artesanos tradicionales provenientes de distintos puntos del país, presentaron una muestra de productos de alfarería tradicional, textilería aymara, huasa, mapuche y chilota, orfebrería en plata, fibras vegetales, entre otras novedades. Expondrán productos únicos vinculados a materias primas nobles de distintas regiones de Chile.
Tarapacá fue representado por dos tejedoras que ostentan el Sello de Excelencia en Artesanía, distinción que desde 2008 entrega anualmente la WCC (World Crafts Council) y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), con patrocinio de la Unesco, para premiar a los creadores y que sus obras se posicionen en los mercados extranjeros a través del reconocimiento internacional.
Dominga Mamani Choque vive en Pozo Almonte y recibió este reconocimiento el 2012 luego de presentar una elaborada faja, un producto tradicional de la cultura aymara. Esta es la primera vez que viaja para participar en una iniciativa de esta índole. “Estoy muy entusiasmada por mostrar mi trabajo. Llevo hartas prendas tradicionales, como chales, ponchos y bufandas, entre otros. Hoy tengo 64 años y desde los 8 que tejo. Todo lo aprendí de mi abuela y mi madre”, argumenta sin esconder su alegría.
A ella se suma Cecilia Challapa Castro, quien recibió esta distinción el 2010, con el delicado tejido de una “llijlla”, un tipo de manta muy usado en el mundo andino. Junto a otras artesanas actualmente integra la Agrupación Suma Marka y asegura que sus compañeras están contentas por participación en esta feria. “Todas estamos agradecidas por esta oportunidad, porque aquí (Camiña) tenemos pocos espacios para vender nuestros productos y sabemos que en estas ferias la gente realmente valora el trabajo del artesano tejedor”, remarca.
Esta talentosa artesana se dedica a la textilería en lana de llama y alpaca, una de las principales actividades del pueblo aymara, ya que está ligada a su cosmovisión y mediante ella le da sentido a su existencia y comprende su entorno: entre listas horizontales dibujan su mapa cognitivo, con la pampa, sus animales, cultivos y otros íconos de su cultura. Aprendió a hilar y tejer a los 8 años, viendo a sus padres y abuelos.
“Lo que se vendió servirá para vestirnos”, le decían. La artesana confecciona frazadas, alfombras, chales, ponchos, bufandas y pieceras, utilizando telares de cuatro estacas y de pino. Aunque en su trabajo predominan técnicas tradicionales y teñidos naturales, se ha capacitado para ofrecer prendas más innovadoras.