Difusión de fake news es poco profesional y antiético
El periodismo tiene como característica ser una labor intelectual orientada a recoger hechos, ideas y juicios desde la realidad, con verdad. Para ello se requiere, sin duda, una formación académica y oficio. Este periodismo, no es fácil de realizar y no siempre lo encontramos en los medios ni menos en las redes sociales. Por desgracia, ha prevalecido el amarillismo informativo que tiene como base las “fake news” y no la significación social de la información que debe recogerse y difundirse.
En el marco de una nueva celebración del Día Nacional de la Prensa, el Consejo Regional de Iquique del Colegio de Periodistas de Chile, hemos querido destacar a los colegas que día a día trabajan por hacer bien su labor, que son la inmensa mayoría. La profesión periodística se caracteriza por la investigación, la selección de lo publicable de manera sintética, pues resulta imposible presentar detallada y puntualmente todo lo realizado. Esta información implica la selección de entre lo posible a ser publicado, lo verdaderamente significativo y valioso dentro del género propio de cada medio. La selección, sin embargo, no puede ser arbitraria, sino jerarquizada. Y decir jerarquía es valorar y tasar la información según su importancia.
Esta reflexión viene por varias publicaciones difundidas, últimamente, durante las marchas antidelincuencia ocurridas en la región de Tarapacá. Nuestro llamado es para aquellas personas que entusiastamente creen ser periodistas, sean absolutamente responsables con la información que se entrega. Ello implica no sólo rigor en el tratamiento de la noticia, sino que, además, el cotejar los antecedentes con las fuentes oficiales. Esto cobra mayor relevancia en este periodo de crisis migratoria que se vive y que mantiene preocupada a la opinión pública.
Como Colegio de Periodistas, nos corresponde orientar sobre la necesidad de mantener una actitud responsable en el tratamiento de los datos y hechos noticiosos; y en la entrega de la información de manera adecuada y veraz. La sociedad, en su conjunto, debe darse cuenta de que el mejor antídoto contra la desinformación consiste en medios de comunicación, con contenidos de calidad y autorregulación ética.