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Nov 27, 2021 admin Uncategorized 0
“Barquito de Papel” —estudio de diseño colaborativo de Tarapacá que reúna artistas y personas con diversidad funcional— retomó sus talleres creativos y de producción para, próximamente, volver a sacar al mercado local una variedad de productos que se caracterizan por la originalidad de sus diseños. Este reencuentro se produjo luego de aproximadamente 19 meses de receso debido a la pandemia por coronavirus.
El equipo de trabajo está conformado por cuatro artistas de las áreas de diseño gráfico, artes visuales y educación quienes forman, guían, acompañan a diez mujeres y hombres con diversidad funcional (discapacidad) para que den rienda suelta a su imaginación y así puedan crear una variedad de imágenes y llamativos mensajes, que luego son digitalizados y estampados en poleras, pecheras, estuches, tazas, llaveros, entre otros productos.
“En Barquito de Papel hacemos de todo… pintamos, dibujamos, cosemos, escaneamos, estampamos… creamos todos juntos cosas diferentes a lo que se ve normalmente. Todo lo que hacemos acá me gusta”, expresó Liseth Godoy quien dijo sentirse feliz de volver a reunirse con los integrantes del estudio.
TRABAJO COLABORATIVO
Los talleres de “Barquito de Papel” se desarrollan dos veces a la semana, y cada jornada dura dos horas. Los martes son los días dedicados al trabajo creativo recurriendo a diversas técnicas; en tanto, los jueves se ejecutan los procesos productivos donde las y los participantes se apoderan de tijeras, sellos, máquinas de coser, pinceles, pinturas, estampadora y el iPad para ilustrar; demostrando así sus habilidades y capacidades para crear.
Andrea Bonardd, directora de Barquito de Papel, explicó que volver a reunirse de forma presencial, tras un largo receso, era fundamental para poder retomar los trabajos creativos ya que lo que ocurre en el taller no puede darse en la virtualidad. Confesó que, si bien se creían que habría un retroceso en las y los participantes, se llevaron con la sorpresa de que retornaron con la misma disponibilidad de crear con las diferentes técnicas artísticas, soportes y materiales que se les facilita.
“Aquí no enseñamos a dibujar, relevamos las habilidades o intereses que ellos tienen y los ponemos al servicio de nuestros procesos creativos. Diseñamos con una metodología de co-creación entre diseñadores profesionales y jóvenes con diversidad funcional en torno a la expresión gráfica, sus procesos y materialidad”, precisó Bonardd y aclaró que, por lo mismo, este colectivo no constituye un espacio terapéutico para estas personas, sino más bien, uno participativo.
DIVERSIDAD FUNCIONAL
De igual forma hizo hincapié en la necesidad de no denominarlas “discapacitadas” sino personas con diversidad funcional. “Discapacidad es un concepto peyorativo que significa sin capacidad y las personas con las que trabajamos sí tienen habilidades y capacidades. Por lo que la idea de diversidad funcional propone que todos somos diversos a la hora de funcionar”, puntualizó.
Barquito de Papel nació en 2019 y por segundo año cuenta con financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (Fondart) de la Seremi de Las Artes y la Cultura de Tarapacá. Trabaja con personas con diversidad funcional de 26 a 38 años quienes, tras egresar de los centros de capacitación laboral, no tienen un espacio donde desarrollarse. En ese sentido, este colectivo los invita a crear y que sus trabajos sean plasmados en productos que luego son puestos a disposición de los clientes. El dinero que se obtiene de las ventas, se distribuye entre las y los participantes.
“En este espacio promovemos la participación social, la formación y la ocupación laboral de jóvenes con diversidad funcional”, concluyó la directora.