Ultima actualización Noviembre 22nd, 2024 2:15 PM
Como Asamblea de mujeres feminista de Tarapacá, nos sumamos y hacemos un llamado a todas a adherirse ala Huelga Internacional de Mujeres este 8 de Marzo,desde todos los espacios. Esto, en respuesta a la violencia estructural, social, política, sexual, física y verbal que experimentamos las mujeres en diversos territorios. La huelga internacional es por la “mujer trabajadora”, sin embargo, es imprescindible visibilizar a millones de mujeres tales como: mujeres que realizan trabajo doméstico no remunerado, mujeres privadas de libertad, mujeres con enfermedades terminales y crónicas, con capacidades diferentes, mujeres en situación de calle, adultas mayores, trans, mujeres con patologías mentales, mujeres patologizadas,migrantes, indígenas, lesbianas, trabajadoras sexuales y niñas,todas deben ser incluidas en este llamado.
Importante es mencionar que un 8 de marzo de 1857, cientos de mujeres, trabajadoras de fábricas textiles, se organizaron para luchar por sus derechostomándose las calles de Nueva York. Mientras esto ocurría, el patrón de una fábricaencerró a un gran número de trabajadoras, las que murieron a raíz de un incontrolable incendio. Hoy reivindicamos a las valientes compañeras que se organizaron, aún cuando fueron acalladas y asesinadas en manos del patrón burgués y por cada una de nosotras que vivimos a diario la violencia de este sistema capitalista /patriarcal.
A razón de esto, es que nuevamente este 8 de marzo las mujeres feministas nos hemos autoconvocado y organizado para salir a las calles y hacerle frente a la alianza capitalismo/patriarcado, que nos sigue oprimiendo en todos los ámbitos de nuestras vidas. Respecto a esto, es que consideramos que hoy no hay nada que celebrar, exigimos conmemoración y protesta.
Las feministas nuevamente estamos ocupando las calles, con más rabia que nunca, denunciando que estamos hartas de que compañeras sigan siendo asesinadas por machos, hijos sanos del patriarcado. No queremos que mujeres se enfermen y/o mueran por abortos clandestinos, realizados en condiciones inseguras, queremos y estamos dispuestas a todo por la conquista de nuestra autonomía, para ser exclusivamente nosotras quienes decidamos sobre nuestra sexualidad, sobre nuestros cuerpos. Queremos ser libres, no valientes, queremos llegar a nuestros destinos sin miedo, sin vivenciar la angustia de despertar y enterarnos que una de nosotras ya no está. Queremos dejar de ser objeto, de ser vientres de alquiler de la alianza capitalista/patriarcal, que solo reproduce mano de obra barata. Queremos maternidades libres, partos sin violencia, una vejez libre de precariedad, luego de vivir una vida realizando trabajo doméstico y sustentando al capital. Queremos niñas visibilizadas tanto en el discurso como en la práctica, para que se sientan libres y autónomas.
Es urgente que nuestra reivindicación NI UNA MENOS sea una realidad. Rechazamos todas las formas de violencia hacia nosotras. Exigimos al Estado y a la sociedad vivir libres de violencias. Denunciamos la represión y criminalización de la lucha por nuestros derechos sociales, sexuales, reproductivos y no reproductivos.
Denunciamos la violencia estructural y simbólica, las discriminaciones y la precariedad de nuestras condiciones laborales, somos las que sostienen este sistema, a través del trabajo doméstico y los múltiples roles que cumplimos, es un hecho que la labor de las mujeres es imprescindible para sostener este sistema capitalista/ patriarcal. Porque sí, lo realizamos las mujeres, la participación de los hombres es mínima y no en igualdad de condiciones. El trabajo doméstico no es remunerado, se realiza en las peores condiciones, sin contratos, sin seguridad social, del cual las mujeres migrantes son las más precarizadas.
La precariedad laboral, es una constante a través de la historia, la vivimos las mujeres de la clase trabajadora, más aún, a partir de las reformas laborales, donde los bajos sueldos, la temporalidad, las jornadas parciales, donde la posibilidad de compatibilizar una vida familiar-personal y laboral se vuelve nefasta, agotadora, afectando nuestra salud física y emocional. La brecha salarial entre hombres y mujeres es altísima, encontrando que los puestos de trabajo de mayor sueldo, responsabilidad y con posibilidades de crecimiento son ocupados por hombres. Las empresas/instituciones públicas y privadas reproducen las brechas de género.
Reivindicamos que nuestra situación laboral nos permita desarrollar un proyecto vital con dignidad y autonomía; y que el empleo se adapte a las necesidades de la vida. El género, la edad, la fertilidad, no pueden ser objeto de despido ni de marginación laboral, ni deben menoscabar nuestras expectativas personales ni profesionales. Finalmente reivindicamos nuevamente el trabajo doméstico no remunerado que millones de mujeres realizan a diario.
Las feministas seguiremos, resistiendo y denunciando al estado $hileno misógino, lesbofóbico, capitalista y patriarcal.
Las feministas seguiremos aquí, queriéndonos, respetándonos en nuestra diversidad, no dejaremos que la alianza feroz del capitalismo/patriarcado empañe nuestra lucha, la sororidad y el amor entre nosotras es nuestra arma de lucha y eso no debemos olvidarlo.
¡VIVA LA LUCHA DE LAS MUJERES! ¡VIVA LA LUCHA FEMINISTA!
¡NOS QUEREMOS LIBRES, NOS QUEREMOS VIVAS, FEMINISTAS Y REBELDES!
ASAMBLEA DE MUJERES FEMINISTAS DE TARAPACÁ
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